La gran buena acción del año.

Para comenzar esta historia, debo contar un poco de otra historia: la mía.

Cuando madre y padre se casaron, el mundo del teatro chileno implosionó y se plegó sobre si mismo varias veces por que las familias Arredondo y di Girolamo tendrían, años mas tarde, dos bellos retoños en común: Camilo y Fernanda.

¿A qué viene todo esto? Bueno, indirectamente, dos personajes de esta historia son mis primos Carolina (actriz, hija del actor Claudio Arredondo y la actriz Carolina Marzán) y Pedro (actor, hijo de la actriz Claudia di Girolamo y el actor Cristián Campos) que, por esas locuras de la vida, estudiaron en la misma escuela y se hicieron muy, muy amigos.

Después de esta rara pero necesaria introducción, puedo contarles mi mas reciente aventura marina fuera de alta mar, que inaugura el blog y se titula LA GRAN BUENA ACCIÓN DEL AÑO.

Luego de una frustrada sesión de cuentacuentos de Mariano (camarógrafo, web designer y, obviamente, gordo en Mesa Gráfica), terminamos bebiendo cerveza en el departamento de Carlos (periodista estrella, jefe, CEO y gordo en Mesa Gráfica). Fue una bella velada en el balcón de Mesa Gráfica HQ que incluyó muchos chistes -algunos bien fomes, hay que decirlo… pero nos reímos igual-, una romántica bandada de murciélagos y una chica cambiándose de ropa en el edificio del frente (solo yo la vi, eaeaea!), a eso de las 2 am decidí que era un excelente momento para retornar a Wild Aquarium, mi hogar en esta tierra.

Así, andando a paso de tortuga, algo llamó mi atención. «¡Ardilla!» grité. Mentira, pero habría sido gracioso. Fijé la vista y descubrí que era una tarjeta de trasferencias. Un solo pensamiento atravesó mi lóbulo frontal en ese momento, y con la fuerza de mil soles: «Oh-oh, aquí asaltaron a alguien». Ratas. Rápido recorrido visual y páh: billetera, carnet de identidad y otros documentos. Recogí todo a la velocidad del rayo y, en una temeraria acción, redacté caminando el siguiente mensaje para facebook y twitter:

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Por la hora (pueden ver que fue a las 2:14 am), desistí de obtener alguna respuesta en esa calurosa noche de martes en diciembre. Aun así, cuando llegué al acuario realicé una rápida búsqueda -ya tenía sueño y había que levantarse a trabajar- en redes sociales que me dejó igual, sin una sola luz en el camino. Nada de nada. Muy triste.

Cuando desperté a eso de las 9 am, una notificación en facebook llamó mi atención: «Es amiga mia!!!!!!!«. NAH. O sea, la raja. Mi primo Pedro conoce a la chica, y me da mas detalles: «Anoche la asaltaron toy tratando de ubicarla para q se pongan de acuerdo«. NAAAAAH, OSOM! Mi corazoncito de tortuga estaba feliz, como hace tiempo no lo estaba… ¡Podría reunir a unos documentos con su persona! Nunca me había pasado algo así.

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Pasaron las horas y recibí un llamado de Romina que, en su felicidad, me contó dos cosas:

1- Le salvé la vida por que viaja este domingo y, claramente, necesita su carnet de identidad para eso;

2- COMO LA ASALTARON: A eso de la 1 am iba saliendo de la casa de mi prima Carolina -cerca de Pedro de Valdivia con Irarrázaval- por que, al parecer, todos andábamos carreteando UN LUNES. Con su acompañante se dirigían a tomar locomoción hacia su hogar cuando, de la nada, apareció un auto con dos truhanes que cargaban pistolas. PISTOLAS. Para robar un par de celulares y billeteras que no tenían mas de cinco lucas.

En fin. Quedamos de acuerdo en hora y lugar para entregarle sus preciadas posesiones y, como toda buena BerdeaAventura, tuvo un final feliz.

4 pensamientos en “La gran buena acción del año.

    • Es la idea pos Chalito, aventuras y desventuras fuera de alta mar 😉 Dime si el gusanito en el anzuelo no es de lo mas que hay.

      Me suscribo ipso facto al tuyo.

      ¡Beso!

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